Durante el insólito confinamiento al que obligó la pandemia del covid expertos en urbanismo y en salud mental alertaron una y otra vez sobre la necesidad de permitir que las personas pudieran salir de sus viviendas, especialmente en aquellos casos en que carecían de terrazas y balcones o que las residencias fueran de poca superficie. Aquel episodio y sus consecuencias está en el origen de un programa europeo, denominado ‘Renovarsalis’, al que se ha sumado Gandia y que consiste en añadir balcones prefabricados en aquellos edificios que carezcan de este elemento. De momento la capital de la Safor hará una prueba en uno de los edificios con esas características.

El balcón que se aplicará en este experimento es un diseño patentado por la Universitat Politècnica de València en colaboración con institutos tecnológicos de Grecia, Chequia, Francia e Italia y en el que ha colaborado el técnico municipal gandiense Jorge Hervás. La inversión de este programa piloto para mejorar la calidad de las viviendas que se construyeron con pocas calidades a mediados del siglo pasado ronda los cien mil euros que aporta la Unión Europea, y el análisis posterior, así como la experiencia que expresen las familias afectadas, determinará si se extiende a otros edificios y municipios.

Balcones como los que se pondrán en Gandia en esta experiencia urbanística de ámbito europeo Levante-EMV

En el caso de Gandia, se ha elegido el edificio de las Cases dels Mestres, situado en la calle Benicanena, a espaldas del instituto Ausiàs March. El proyecto consiste en situar ocho balcones en otras tantas viviendas del total de 32 existentes en el bloque. Se trata de elementos anclados a la estructura que simulan la madera, lo que también contribuye a mejorar la imagen del inmueble. Además, ese mismo bloque va a ser objeto de una rehabilitación financiada con fondos Next Generation de la Unión Europea.

Según señala el concejal de Urbanismo de Gandia, Vicent Mascarell, si el resultado es positivo los balcones se extenderían a otros edificios, sin que se pueda determinar el número porque, entre otros aspectos, no existe un inventario que permita saber cuántos pisos carecen de ese elemento tan característico para facilitar la ventilación, la entrada de luz y tomar el aire a sus moradores.

«Una vez más este gobierno tiene la capacidad de acceder a ayudas de fondos europeos para iniciar proyectos que mejorarán la calidad de vida de nuestros vecinos. La pandemia nos dejó muchas enseñanzas y una de ellas es la necesidad de disponer de espacios adecuados a las viviendas al aire libre como patios o balcones», ha señalado el concejal Mascarell.