Los apartamentos turísticos con rejas habilitados en el número 22 de la calle Turia, en el Botànic, fueron denunciados ante el Ayuntamiento de València por haberse realizado con una mera declaración responsable pero sin el preceptivo proyecto técnico y la licencia habilitante de su actividad. 

Según explica el escrito de la junta de propietarios remitido hace un mes al consistorio, la empresa promotora ha cambiado el uso de almacén a apartamentos turísticos mediante la reforma de un bajo de 391 metros cuadrados, convertidos ahora en cinco minipisos con aparcamiento de bicicleta. 

Este negocio terciario –dice la denuncia– debería contar con una recepción que identifique a los usuarios, “porque no puede ser aceptable que un conjunto indeterminado de clientes ocupen de facto un conjunto de apartamentos y no se sepa quién y cómo se aloja. Y no es menos importante –continúa el texto– la existencia obligada de la recepción cuando hay posibilidades de incendios en cinco unidades apartamentales, ocupadas por personas sin identificar y en número incontrolado, que pueden convertir un inmueble en pasto de las llamas”.

Asimismo, los propietarios exponen en el documento que la empresa promotora ha modificado un elemento común de la comunidad sin el consentimiento de la comunidad de propietarios, “afectando enormemente a la estética de la fachada del edificio y del barrio, alterando la configuración del edificio y su estructura general”. Se refieren los seis propietarios de la finca a la fachada, donde han aparecido unas rejas que en la red social X han sido bautizadas como “cadafals para bous” o “jaulas para turistas”. 

Los polémicos apartamentos turísticos de la calle Turia Germán Caballero

Al haberse suprimido las ventanas para abrir en la parad cinco accesos independientes –con las polémicas rejas– los vecinos entienden que se ha producido una “alteración estructural del edificio”, lo cual no debería resolverse solo con una declaración responsable. Este documento es entregado por el particular a expensas de un control posterior por parte del consistorio, que no siempre ocurre. La licencia en cambio obliga a la revisión externa. 

"Son zulos. Es demencial"

Por todo ello, la comunidad de propietarios de este edificio con cinco alturas y diez viviendas –además de los cinco bajos hay otros tres pisos turísticos– considera que en lugar de la “declaración responsable” debería haberse presentado un proyecto técnico completo, solicitando una licencia de obras, que permitiera a la Administración la comprobación previo tanto de la obra realizada, la alteración estructural, como de la actividad de apartamentos turísticos sin su elemento definitorio: la recepción. Y solicitan que se paralicen las obras y conocer el expediente administrativo tramitado en el Servicio de Licencias de Obras. 

Expuesta la argumentación legal, una de las propietarias del 22 de la calle Turia añade la intrahistoria vecinal: “Los propietarios estuvimos reuniéndonos con los promotores de los apartamentos, que también son los arquitectos, para intentar llegar a algún acuerdo. Se habló del saneamiento de toda la fachada, de poner un ascensor, de una compensación económica porque iban a alterar considerablemente la vida de la comunidad o, directamente, de no dejarles hacer. No hubo acuerdo. En la última reunión acabamos a gritos en la calle y unos días después aparecieron las rejas”, relata la propietaria de una de las viviendas. 

Así era antes el bajo de Turia, 22 L-EMV

De este modo, lo que un día fue una sauna gay llamada “Alcatraz” ha terminado convertido en el nuevo proyecto de unos arquitectos que contribuyen al auge del Botànic, otro barrio en pleno centrifugado turístico. Y todo ello pese a la oposición de los residentes. “Les hemos denunciado al ayuntamiento porque lo han hecho todo sin licencia, pero es que además contraviene la Ley de Propiedad Horizontal, porque no puedes partir un bajo y alterar el edificio de esa manera sin contar con el voto favorable de tres quintas partes de los propietarios. Finalmente han hecho cinco zulos con salón-cocina y dormitorio separado por un murete. Es demencial”, lamentan en la finca, que todavía siguen esperando la respuesta del consistorio. Y añaden: "Denunciamos esto porque están abriendo bajos turísticos irregulares en todos los barrios y aquí nadie hace nada".